Hoy quiero hablar de un cocinero ejemplar, admirado por muchos y envidiado por otros, pero sobre todo una persona que siempre transmitía un toque de alegría con su inseparable sonrisa.
Los que coincidimos con él o le conocimos más, sabemos que no todo fueron alegrías en su vida y que el trabajo duro y la constancia eran claves en todo lo que se proponía; pero sobre todo sobresalía el gran amor que tenía por la cocina y las ganas por vivir intensamente.
Estos días el nombre de Darío Barrio, ha tenido una relevacia que él mismo nunca buscó, ni quiso que fuera de la manera que ha resultado, pero desde aquí quiero recordarle como más le gustaba, disfrutando con los suyos de un plato exquisito.
Skål Darío, ha det så bra!
.
.
.
arasia1
11/06/2014 at 15:18
Que angustia tan grande ha sido su perdida. Cuando ocurren estas cosas siempre pensamos lo mismo, era tan joven, tenía toda la vida por delante…. pero la vida es así de injusta y no entiende de edades ni de futuros.
Disfrutaba muchísimo viéndole cocinar, transmitía una energía y unas ganas en todo lo que hacía que era contagioso.
Desde luego una tragedia ;(
Me gustaMe gusta
PabloD
12/06/2014 at 20:55
Cuando alguién tiene tanta vitalidad, nunca te imaginas que puede terminar, y menos como lo hizo, ha sido una gran pérdida.
Saludos
PabloD
Me gustaMe gusta
Miguel Ángel Lozano
10/06/2014 at 21:31
Me quedé helado cuando me enteré…Coincidí con él en el maraton del Sahara, hablamos del libro, de cocina, deporte, amigos en común…Una pena!
Me gustaMe gusta
PabloD
11/06/2014 at 09:58
A mi también me sorprendió mucho, siempre había sido una persona que quería vivir con intensidad y es una pena que su luz se apagara cuando todavía podía aportarnos mucho.
Me gustaMe gusta